viernes, 20 de diciembre de 2019

Apuntes sobre Los Tabales de san Benito


René Ovidio González

Las Tenanzas eran ceremonias con bailes que se realizaban en distintos barrios de la ciudad, en el mes de diciembre todos los años, hasta el día 25. Eran dedicadas a la imagen de san Benito de Palermo, imagen traída a propósito desde el vecino pueblo de Ereguayquín. Bailaban en esas Tenanzas: Leonor Bran, Dominguito Polío, Teresa Alegría (la partera por antonomasia, la más solicitada en el municipio por su eficiencia, con su característico puro en la boca y su peineta de carey en el cabello), Aminta Cortez, y Lucía Ramírez, mujer entusiasta conocida popularmente como La Prima Lucía.

Las Tenanzas eran asignadas a personas en particular, o a familias conocidas. Entre aquellas se puede mencionar a Rosa Flores, María de Jesús Arévalo en casa que era de la señora Blanca Penado, Mercedes Ramírez, Toña López, Agustín Barrera, y Aminta Cortez, quien a su vez, como ya fue expresado, bailaba Los Tabales del santo de Palermo.

Había personas que cantaban las coplas dedicadas al santo, entre ellas se ha de recordar a la señora Francisca Aparicio. Estas son algunas coplas cantadas:
                        
                         “Ya salió la que quería,
                        Estaba que se lambía.
                         Meneá tu culito
                         Que es de palito.
                         Meneá tu cadera
                         Que es de madera.
                         San Benito es mi hermanito
                         Yo no lo quiero
                         Porque es muy negrito…”

Sin importar la discriminación, o si se quiere el prejuicio racial, la coplera seguía cantando con fervor, entre lo religioso de la tradición y lo pagano o picaresco del drama ejecutado:
                         
                          “Agua dulce es la que luce
                          Aguardiente pide la gente.
                          Secos estamos, agua queremos,
                          Si la compramos la beberemos…
                          ¡Ay!, que se quema la casa ajena.
                          ¡Ay!, que se abrasa toda la casa…”

En los años que yo recuerdo ¡carajo!, cómo cambia todo el conjunto que amenizaba estas pachangas olorosas a pueblo era el grupo musical del cantón El Amate “Los Guerreros”. Su nombre oficial era “Alma Guerreros”, lo de “Guerreros” sería por el apelativo de la mayoría de sus integrantes. Dirigiéndolos: don Carlos y don Atilio. Entre estallidos de cohetes, canciones y aplausos, las gentes que se animaban…
      
Los otros bailadores, con ropa limpia, almidonada, y con sus machetes envainados dispuestos a cualquier eventualidad, disfrutaban del baile al calor de unas copas, ¡qué digo!: con su pacha de guaro macho entre pecho y espalda, para no perder la sintonía con sus ancestros y para que san Benito supiera que, en su honor, andaban alegres.
                                                                                                                         Usulután, abril de 1989.


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