sábado, 8 de agosto de 2020

La marca

(Cuento)

René Ovidio González


Al hablar de cualquier zorro, todos piensan en el héroe californiano cuya máscara escondía a un aristócrata señor: don Diego de La Vega.  Más aún quienes gozaron de niños la teleserie de 1957, en la que el famoso espadachín marcaba zetas al por mayor en la barriga hinchada de un sargento bonachón, silbaba a su caballo inteligente y se despedía haciendo un gesto de amabilidad, mientras tocaba el ala de su sombrero.

Desde Douglas Fairbanks hasta Antonio Banderas, las espadas no han dejado de marcar zetas, y los antifaces se han puesto de moda. Muchos caballos comunes optaron por llamarse igual que su pariente estrella: Tornado. Además, con las ventajas de la industria tintórea, lograron cambiar su pelaje de colores desteñidos―crin y cola incluidas―, a un pelaje negro brilloso…

El tal Banderas, a pesar de su españolidad, no superaba un problema en el plató al intentar marcar la célebre “zeta” a los representantes de la ley. Su entendimiento no lograba discernir, cómo siendo California de los Estados Unidos, y Los Ángeles también, aunque en la teleserie semeja un pueblito ibérico primitivo, hayan sido españoles malos y no buenos ingleses quienes gobernaran; él opinaba que no debía ser “zeta” de zorro sino “efe” de fox la que debía marcar, siendo que “La Máscara del Zorro” o “La Leyenda del Zorro”, en las que compartiría con Catherine Zeta Jones, serían películas parladas en inglés.

“Serán subtituladas”, le explicaban los productores. Subtítulos son los parlamentos escritos a pie de pantalla en el idioma de cinéfilos o televidentes. Además ―intentaban remitirlo al diccionario―, fox significaba zorra…           

El caso es que al marcar, su lógica predominaba. Siempre marcaba la “efe” de fox. La escena tenía que ser filmada otra vez y director y productores enloquecían. Han de saber las fans que siendo el actor compatriota de Fernando e Isabel, que equivale a decir Juan Carlos y Sofía, aquel don Diego comprendía mejor el inglés y el lenguaje a señas de Bernardo, y al conversar en su idioma natal revelaba un raro acento.        

Un día de tantos, fatigados de rodar y editar, tuvieron una ocurrencia. Harían un pedido a España de una espada doble, que parlara en castellano, así a la hora de filmar la escena de la marca, esta doblaría a la espada principal y marcaría la tan ansiada zeta de zorro y no la efe de zorra.

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Del Libro inédito: Cuando escampe ®. René Ovidio González ©.