(Poema a la Madre)
José Víctor González
Por
fin que seas tú
aquella
en la que siempre
confíe
mis anhelos, mi voz y mi ventura;
aquella
que al par de su hermosura
en
mi largo sendero rosales nuevos siembre.
Donde
aspirar su perfume, donde manso
el vivir de los seres sea un descanso.
Por
fin que seas tú
aquella
que en su encanto
me
envuelva entre sus brazos; fresco manto
de
aguas cristalinas donde se abreve
el
alma y su vida no sea breve.
Ahí
donde orar, un templo,
donde
vivir un tiempo sin tiempo.
Por
fin que seas tú… remota lejanía
donde
encontrar mi origen una esencia,
una
nota, una luz en mi inconsciencia,
musical
instrumento, curiosa melodía.
Y
al ir caminando no perdernos.
De
tu mano tomado hacia lo eterno.
Aurora
que en continuo movimiento
las
corolas de las rosas vas abriendo.
Si
es tan solo para depositar la luz
por
fin que seas tú…
Por
fin que seas tú…
Ilustración: mejorconsalud.com
José Víctor González es colaborador de La piedra
encadenada.
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