(Opinión)
Fredis González
Actualmente en El Salvador existen una serie de problemas que traen de cabeza a quienes conforman el gobierno, pero los más graves podemos decir son: La seguridad ciudadana, la economía y el desempleo; en ese orden. Si se soluciona el primer problema, lo demás viene por añadidura.
Como lo hemos apuntado en otras ocasiones, se han inventado una serie de cosas para solventar el problema de la seguridad o inseguridad si se prefiere el término. El último invento que por cierto no es nada nuevo, es la unidad de Policía Comunitaria, proyecto que fue lanzado con bombos y platillos en el mes de agosto del año recién pasado (si no me falla la memoria), y decimos que no es nada nuevo por dos razones: primero porque es un proyecto copiado de otros países como Brasil por ejemplo en donde poco o ningún resultado se ha obtenido, segundo porque la policía comunitaria ya había sido lanzada durante los gobiernos de derecha, hablamos del período después de la firma de los acuerdos de paz.
Durante este período se organizó la unidad denominada PIP COM que significa Patrullas de Intervención (o Inteligencia si se quiere) Policial Comunitaria; sin embargo dicha unidad fue fugaz o pasajera, ya que era ilógico que un gobierno de derecha estuviera hablando de Patrullas Comunitarias, pues esa palabra se deriva de comunidad y esta a su vez de esa monstruosidad llamada "comunismo" por lo tanto esto se les habrá escapado de las manos pero inmediatamente les habrán tirado de la cuerda para que corrigieran el error, imaginamos que les habrán dicho: "Hey, no es el momento de sacar las patrullas comunitarias, ¡todo a su debido tiempo!". La pregunta que surge de inmediato es: ¿Estará confabulada la derecha y la izquierda para llevar al pueblo al borde del abismo, con el objetivo de que el pueblo al verse al borde del mismo y totalmente frustrado acepte lo que sea que le ofrezcan como tabla de salvación?
Es impensable que un gobierno de derecha y otro de izquierda se confabulen, ambos contendientes en una guerra civil que se dice duró doce años y en la cual ni uno ni el otro fue mejor o peor, porque de haberlo sido, la guerra no habría durado tanto tiempo y por el contrario se mantuvo "tabla" como se dice en el juego de ajedrez que viene siendo lo mismo que una guerra y además, de haber sido mejor alguno de los ejércitos contendientes no habrían necesitado de los políticos para terminar la guerra...
Como lo expresó un asesor norteamericano cuando le cuestionamos por qué el ejército de los Estados Unidos había perdido la guerra en Vietnam, él dijo: "Nosotros no perdimos la guerra, fueron los políticos quienes la perdieron".
Nos reímos en nuestros adentros con esa respuesta y digo así: "nos reímos" en plural porque no soy solo yo sino somos muchos, los miles y miles de agregados sicológicos que vengo cargando desde hace muchas eternidades y yo, cada uno de ellos de vez en vez o de mes en mes, se toma el barco por asalto y dirige el timonel sin que el ser pueda evitarlo... pero bien, creo que ya nos perdimos del objetivo, hagamos un giro brusco y volvamos a la ruta por el camino angosto porque ancho es el camino que lleva a la perdición. Pienso que será cuestión de apreciación o de orgullo quizá, pues tomando en cuenta que hablábamos del que se considera el ejército más poderoso del mundo; por lo menos en aquellos tiempos, pues ahora han aparecido otros por ahí que los siguen poniendo quietos. Un ejército que tenía y tiene los mayores recursos económicos y tecnológicos, tanto así que le causaron un diluvio universal al estilo bíblico en la ruta logística de los vietnamitas a fin de evitar el trasiego de armas y alimentos. Ya en ese tiempo las lluvias no eran solamente responsabilidad de Dios sino también del nitrato de plata con que los aviones fumigaban las nubes, logrando con esto que las gotas de rocío se condensaran y cayeran por su propio peso para convertirse en lluvia. Llovió perros y gatos por varias semanas y aún así el movimiento de los campesinos vietnamitas no se detuvo.
Bueno, eso es lo que cuenta la historia y la historia puede ser tergiversada, "el papel aguanta lo que le pongan" se dirá por ahí. Y que aún así hayan necesitado de los políticos para resolver la guerra, por más que diga el jurado que lo que hubo fue un empate técnico; no se necesita ser iluminado para adivinar que hubo un perdedor. Volviendo al tema de la seguridad en El Salvador, me pregunto: ¿Por qué será que los gobiernos de derecha y de izquierda que se supone altamente capacitados en materia de seguridad (se supone, después de doce años de guerra deberían) están perdiendo la guerra contra la delincuencia? Si son los políticos los que pierden las guerras, ¿será que no existe voluntad política para ganar esta? ¿Por qué?
Fredis González es colaborador de La piedra encadenada.
La responsabilidad de cada texto será asumida individualmente por su autor. La piedra encadenada podrá o no estar de acuerdo con lo escrito.
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